El hifu es un tratamiento revolucionario para combatir el envejecimiento que consiste en la aplicación de un ultrasonido de alta frecuencia y alta energía para remodelar el tejido. Se trata de un proceso de abrasión térmica, es decir, usa calor para modificar o eliminar un tejido.

El hifu trata las adiposidades y flacidez, logra tensar y reducir, no daña los tejidos colindantes y puede llegar a una profundidad de 4,5 milímetros de la epidermis. La temperatura puede alcanzar los 70ºC.

Produce una retracción de la piel, regeneración y estimulación del colágeno. Se aplica para elevar cejas, redefinir el óvalo facial.

Las células adiposas no resisten la temperatura y las vibraciones por presión, de modo que se destruye el tejido graso acumulado.

En una sola sesión, conseguimos reducir celulitis y contornos corporales. Se realiza en zonas como piernas, abdomen y flancos, entre otras.

El hifu se puede combinar con otras terapias, ya sean manuales o con aparatología, y consigue efectos que pueden durar hasta un año.

Una sesión de hifu suele durar entre 45 y 60 minutos y debe mantenerse una separación entre sesiones de unas ocho semanas.

El hifu no puede realizarse en casos de heridas abiertas, acné severo ni en personas con marcapasos, implantes metálicos, rellenos dérmicos o implantes mamarios.

Estamos hablando de un tratamiento que está muy de moda en los centros de estética debido a que consigue unos resultados que sólo podrían alcanzarse sin cirugía.