La perforación corporal es una de las técnicas ancestrales que, a día de hoy, sigue estando de moda. Multitud de personas modifican su cuerpo, tanto con tatuajes como con perforaciones cutáneas e, incluso, con modificaciones corporales.
El piercing es una técnica con la que realizamos una inserción en la piel con el fin de colocar un elemento decorativo.
El lugar donde colocamos el piercing es una decisión muy personal. Podemos perforar cualquier parte del cuerpo pero debemos ser consciente de que existen determinadas zonas que pueden tener un mayor riesgo de desgarro de piel o de complicación con infección.
Cuando realizamos un piercing o perforación cutánea, la primera pregunta que suele hacer el cliente es si duele. El dolor depende de la zona de perforación y, en el caso de que haya molestias, suele ser los días posteriores a los de la inserción del piercing.
Se puede usar anestesia para un piercing
La mayoría de los anilladores de piercing no tienen formación sanitaria suficiente ni cobertura legal para poder aplicar anestesia, por lo cual no debería usarse.
Además, tenemos que tener en cuenta que las cremas calmantes o anestésicas endurecen la parte superficial de la piel, de modo que podría perjudicar el trabajo de perforación.
Los piercings se colocan con catéteres y una serie de instrumentos, los cuales variarán dependiendo de la ubicación elegida para la pieza. Recuerda no usar piezas de joyería que no sean adecuadas para la zona.
Las pistolas no son aptas para las perforaciones ya que no pueden esterilizarse adecuadamente, además, pueden provocar desgarros.
Piezas para un piercing
Es muy importante tener claro el profesional que te va a realizar el piercing y la zona elegida para colocar éste. Y que la falta de higiene y de la esterilización del instrumental o pieza de joyería incorrecta pueden provocar una infección ya que estamos actuando en heridas abiertas.
Un profesional que ejecute la técnica de perforación y colocación de piercing tiene que conocer la anatomía del cuerpo, los métodos de desinfección de esterilización y, además, tiene que haber realizado una declaración jurada ante un organismo competente.
Las piezas de joyería tienen que estar perfectamente pulidas para evitar desgarros en la entrada y, obviamente, esterilizadas. Las joyas en bananas con color, brillante o pedrería no son aptas para primeras puesta ya que no permitirían una correcta curación de la perforación. Una vez eliminados los riesgos de infección, se pueden colocar sin problema alguno.