Las uñas acrílicas son las más usadas cuando queremos alargar nuestras uñas gracias a que son más duraderas y más versátiles que las uñas de gel.

Estas uñas de porcelana presentan la gran ventaja de que ganan en dureza tras secarlas al aire, de modo que no se requiere de lámpara de calor para realizar el trabajo de extensión.

Se trata de un producto ideal para conseguir unas uñas cuya longitud vaya más allá de los números 3 ó 4 puesto que tendremos la certeza de que la dureza adquirida será suficiente para impedir que se parta. Las uñas acrílicas se usan cuando se practica deporte de competición por este mismo motivo.

Las uñas de porcelana son un material compuesto por dos componentes: el monómero, que es líquido, y el polímero, que es en polvo.

La mezcla de ambos, realizada por un pincel con pelo natural, tipo Kolinsky, crea un producto denso que permite trabajarlo en la estructura de la uña sin expandirse, como sí sucede con el gel.

Sin embargo, también tenemos que hablar de sus inconvenientes. Ha de trabajarse de manera rápida porque, antes de que se seque el producto, ya debemos haber conseguido generar la estructura correcta de la uña.

Las uñas de porcelana son muy resistentes al limado, lo cual puede subsanarse usando limas de grano más grueso o ayudándonos del torno y su respectiva fresa adecuada.

Las personas con onicofagia o hábito de comerse las uñas se valen de la dureza que aporta el material acrílico para evitar el deterioro de dichas uñas. Poco a poco, dicho hábito puede ir desapareciendo.

Encontraremos una gran variedad de polímeros, colores, texturas que incluyan glitters, flores secas o escamas, muy útil para realizar una que buena decoración de uñas.

Las uñas acrílicas son las preferidas entres los profesionales de la manicura. Exige práctica y destreza pero favorece posibilidades ilimitadas.

Las clientas disfrutarán de un servicio basado en la durabilidad, calidad, diseños divertidos y elegantes salvo que presenten algún tipo de acrílico a este material.

Paso a paso para hacer uñas acrílicas

Comenzamos desinfectando las manos y desmaquillando las uñas. Luego, separaremos la cutícula y desengrasaremos la uña. Procedemos a la colocación del tip o molde.

Aplicamos el primer y, posteriormente, la capa de porcelana.

Limamos, pulimos y esmaltamos la uña. Aplicamos el aceite final y listos para lucir unas uñas acrílicas perfectas.