El envejecimiento de la piel es un problema muy frecuente en nuestro entorno.
La melanogénesis es un conjunto de procesos que regulan la luz ultravioleta (W), estímulos hormonales y factores genéticos. La melanina se excreta de forma difusa y puede pasar a granulosa, lo que da lugar a las indeseadas hipercromías cutáneas conocidas como manchas.
Los enemigos de estas hipercromías son el sol, la pubertad, el embarazo, la menopausia, la mala circulación, una alimentación inadecuada, el alcohol, cambios climáticos, calefacciones, estrés, perfumes, exfoliantes frecuentes o cosméticos inapropiadas y, hoy día, las pantallas con la luz azul.
Para ello, existen diferentes tratamientos que combinan elementos exfoliantes, regeneradores, blanqueantes, que son inhibidores parciales de la melanogénesis. Los resultados serán disminuir la capa córnea y el número de melanomas, facilitar el aclaramiento progresivo y la mejor penetración de restos activos, con lo que se favorece la producción de células nuevas, no dañadas y se mejora el aspecto general de la piel.
Otro método son los peeling besos químicos, como el glicólico, mandélico, lactobiónico o ferílico etc... También podemos encontrar la solución al problema mediante aparatos como el IPL manchas, laser neodimio, etc.
Existen machas de nacimiento, manchas de embarazo, solares que pueden ser tratadas y otras que solo podíamos tratarlas mediante procesos quirúrgicos como serían los lunares, pecas o efélides, manchas seniles o por enfermedad.
Estéticamente hay un 70% de manchas que puedan ser tratadas y un 30% de ellas que no se puede eliminar.