La piel del cuerpo puede presentar características diferenciales con respecto a la zona facial. En general, se puede decir que es más resistente exceptuando la zona del escote, la cual trabajaremos con el facial.
Cada tipo de piel necesitará un cuidado especifico, tanto en los centros de estética como a nivel doméstico. La piel de la espalda suele ser más gruesa ya que el tejido dérmico también lo es. Puede presentarse piel grasa, en cuyo caso será necesario realizar tratamientos de limpieza profunda.
Lo primero que tenemos que hacer, como preparatorio para realizar un tratamiento corporal ya sea parcial o completo, es una limpieza o higiene corporal con productos específicos según el tipo de piel. De esta manera, eliminaremos las células muertas y restos de secreciones que entorpezcan esta penetración.
Favorecemos la renovación epidérmica y la vascularización, la cuales que optimizarán los resultados del tratamiento que vamos a realizar o, incluso, como un único tratamiento que el cliente puede solicitar, como es el caso de pieles grasas y acnéicas en zona de espalda y pecho o también como preparatorio antes y después del verano, que es cuando la piel se expone al sol.
El masaje corporal estético es el instrumento principal de la profesional de estética para la realización de la mayoría de los protocolos de tratamientos corporales. De él depende, en un alto porcentaje, la efectividad de sus resultados.
Dentro de estos tratamientos, podemos hacer masajes relajantes completos o parciales, tratamientos anticelulíticos, reafirmantes, para mejorar la circulación periférica. Sus maniobras básicas son movimientos de afloraciones, frotación, fricciones, presiones, amasamiento, vaciados venosos, pellizque, percusiones y vibraciones.